domingo, 11 de marzo de 2018

CONFESIONES: Dos amigos protagonizando "El exvoto"




No podían ser otros más que ellos dos. Desde el primer momento les imaginé ilusionados y entregados a la causa de resolver el misterio que planteaba “El Exvoto”. Dos almonteños de ley, dos hombres de la Virgen, dos rocieros comprometidos hasta la médula porque así lo aprendieron de sus mayores y así lo siente quien tiene el privilegio de llevar a Almonte en el código genético. Dos grandes personas, dos buenos amigos.

Dos hombres a los que tengo en alta estima: uno porque, a parte de ser el vivo reflejo de la inquietud de su padre (al que recuerdo con desmedida ternura), se fue ganando mi corazón con su afán de investigador y de excelente persona. El otro porque le tomé cariño cuando nos conocimos en un lejano encuentro de jóvenes rocieros hace más de veinte años y porque ese cariño se multiplicó cuando, con su voz serena y su corazón sincero, derramaba Rocío por televisión en las noches de Domingo de Pentecostés que mis responsabilidades de estudiante me hacían pasar lejos de la aldea marismeña.

Les conozco desde muchachos y ahora son hombres; Hombres que dirigen desde sus complicadas posiciones al universal movimiento rociero. Hombres cultos, preparados, que le han dado un giro de tuerca más a la historia del Rocío poniendo en valor precisamente eso: su prolongada y desconocida historia. Hombres que, con la mentalidad y los recursos de hoy, rescatan el Rocío del ayer. Con la ayuda de un impresionante equipo de investigadores, sí, pero siendo las caras visibles de esta bendita realidad.

Santi y Juan Ignacio, Juan Ignacio y Santi, hombres y nombres que ya forman parte de la historia del Rocío. Uno, presidente de la Hermandad Matriz de Almonte; El otro, su secretario. Los dos, amigos.

Quiso la Virgen que coincidieran sus dos personalidades con los puestos más apropiados para hacerse cargo de una investigación tan delicada como la que plantea “El exvoto”. Tenían que ser ellos. Y la Virgen me concedió el privilegio de conocer sus corazones antes de convertirles en personajes para que pudiera dotarles de la personalidad más acertada. Otra razón más por la que darle las gracias a nuestra bendita Madre del Rocío que nunca deja cabos sueltos.

He abusado de su confianza. No han sabido que protagonizan esta historia de ficción hasta que se ha convertido en imparable. ¡Ay! Si la historia de “El exvoto” hubiera sido real, cuánto me alegraría que hubiera caído en vuestras manos. No las habría mejores.

Perdonadme por haberos colado como personajes de ficción en este sueño rociero con forma de novela. Pero sabed que, si estáis en “El exvoto”, es porque sois piezas importantes en mi percepción del Rocío.

No podíais ser otros más que vosotros dos; Porque me parecíais los más idóneos y porque la Virgen, mi inspiración, terminó de animarme a que os eligiera.

No hay comentarios:

Publicar un comentario