martes, 27 de febrero de 2018

CONFESIONES: El temor que me da la vida


Tenía que ser hoy, Rocío. Hoy es el día perfecto para presentar el exvoto que protagoniza esta historia porque hoy, 28 de febrero, es la ocasión ideal para ensalzarte y encumbrarte como Madre de un pueblo que, de Ayamonte a Terreros, de la Sierra de Gata a la de Aracena, te reconoce como Reina, Luz y Guía de los corazones que creen en la existencia de Dios: tu hermoso hijo el Pastor Divino que rocía de amor los campos y las almas de Andalucía.

Déjame que sea un beso el sello con el que le pida perdón a Almonte por este atrevimiento. Sabes cuánto adoro a tus leones de amor, mis hermanos; Cuánto valoro su celo, cuánto envidio el privilegio de su gentilicio. Almonte... Tu primer destacamento, tu guardia eterna, el primitivo pueblo elegido. Almonte... La voz con la que te escuchamos en la tierra, tu alma hecha carne mortal, las arrugas en la cara de unos abuelos y de unas abuelas que nos educan en la fe con el peso de la historia, de las historias...

Sabes del temor que me provocaba revelarte tal y como fuiste porque Almonte no lo hace. ¿Quién soy yo para pasar por encima de siglos de amor? ¡De nuestro comandante! ¿Cómo me atrevo? ¿Con qué derecho?

Y mi único argumento posible de defensa es que me has inspirado tú...

Te conocemos con tus ráfagas de “puntas de plata de martillo”, con tu rostrillo, con la media luna a tus pies y tu corona de doce estrellas y de sol ciñéndote la cabeza. Has sido así desde la noche de los tiempos. Pero, Rocío, antes de esa noche hubo otras noches, otros días... Noches y días en los que eras, sencillamente, Rocinas, y que están presentes en “El exvoto”. Tenías que ser Tú: la que va más allá de los anillos que se derraman por tus dedos, la que va más allá de una salamandra en el hombro y de las mil joyas que se reparten por tus ropajes... La que, desnuda como el alma más humilde, enamora y conquista con su sencillez. Tenías que ser tú... La que un rey sabio imaginó como divina Madre del Salvador y quien, desde la profundidad de las más básicas e incultas malezas de un bosque, debía hacer de la inspiración del cielo y los elementos de la tierra el material con el que modelar al pueblo que realmente conoce a la Madre de Dios.

Que me perdone Almonte por desposeerte de tus atavíos de tela y bordados de oro; Que me juzgue y me condene si es preciso. Se mi abogada, intercede por mí. Recuérdales que, hace más de setecientos años, se enamoraron así de ti y que así también podemos y debemos amarte los rocieros del universo aunque nos encante verte siempre con las mejores de tus galas y no sepamos imaginarte de otra manera que no sea como te vemos hoy en día.

Hoy, Rocío, día de Andalucía, te ofrezco desde Almería este exvoto que no es más que una de las mil historias de amor que comenzaron antaño en Huelva para conquistar el universo con la verdad de tu nombre. Hoy, Rocío, bendigo el día en que hiciste que el Espíritu Santo nos enseñara nuestra propia lengua, nuestro propio ser. Hoy bendigo el día en que una paloma blanca sobrevoló los verdes bosques y prados en los que hemos crecido; Rociándonos, entre otros muchos dones, con la Gracia de tu amor y de tu protección.

Nosotros, tus hijos, te hicimos Reina del cielo y de la tierra pero tú, Rocío, siempre has sido, has tenido y tendrás madera de MADRE.

¡VIVA LA VIRGEN DEL ROCÍO!
¡VIVA SANTA MARÍA DE LAS ROCINAS!

ILUSTRACIÓN DE LA NOVELA "EL EXVOTO" José Leyva Cuesta

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