miércoles, 21 de febrero de 2018

Pero, ¿Qué es un exvoto?




Imaginad que recibis un disparo fortuito directo en el corazón y que, en el bolsillo de la camisa, lleváis un mechero con la imagen de un santo que detiene el impacto de la bala y que, eso, os salva la vida. Milagroso, ¿Verdad? ¿Le regalaríais el mechero al santo como gesto de agradecimiento? Pues eso es un exvoto.

Son gestos de agradecimiento, ofrendas sinceras que se realizan de corazón cuando se intuye que la intercesión divina ha tenido algo que ver en la resolución de un problema que parecía insalvable, de un hecho que, de no haber sido por la mediación del cielo, habría tenido unas consecuencias totalmente diferentes y, sin duda, menos agradables que las alcanzadas finalmente.

Es cierto que, la mayoría de los exvotos, son pinturas; dibujos que recogen una escenificación del suceso milagroso y en el que, en una leyenda, se narra lo acontecido. Pero no son los únicos...

Muletas que dejaron de necesitarse, bastones, sillas de ruedas, mecheros, libros, fotografías, figuras... Todo objeto es susceptible de convertirse en un exvoto si interviene en un hecho milagroso. Generalmente están relacionados con asuntos de salud, o de vida o muerte, pero pueden tener su origen en cualquier hecho que, de no haber sido por la divina providencia, habría tenido un desenlace descorazonador.

Los exvotos no son un elemento exclusivo de la religión cristiana; Son, de hecho, mucho más antiguos que el propio Jesucristo. Hay quien sitúa sus orígenes en las culturas egipcias y mesopotámicas, pero podrían ser anteriores. En España, los más antiguos que se han encontrado son de la cultura íbera del S.III antes de Cristo y, desde entonces, no han dejado de ofrecerse por almas piadosas cada vez que un corazón agradecido se ha sentido tocado y salvado por Dios.

La Virgen del Rocío cuenta con una infinidad de exvotos que, hasta 1963, se encontraban en una sala de la anterior ermita (conocida como la “sala de los milagros”) y que, en la actualidad, permanecen custodiados por la Hermandad Matriz a la espera de acondicionar un lugar estable en el que poder manternelos expuestos de manera permanente. Se trata, principalmente, de pinturas sobre tabla, pero hay de todo y ofrecidos por gentes de toda condición social: desde anónimos devotos hasta personajes de renombre como el torero Rafael el Gallo o el mismísimo Duque de Orleans.

(Agradecemos en esta entrada a la página web www.rocio.com la incuestionable labor que realiza para la divulgación de la historia rociera en internet)

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