domingo, 11 de febrero de 2018

DIARIO DE CREACIÓN: Así nace “El exvoto”


Después de ponerle el punto y final al día, cuando la noche, la tele y el sofá son tus aliados para desconectar del mundo y distraerte antes de irse a la cama, es cuando a mí se me abre la mente para desplegar toda su capacidad creativa. Sí, soy de los que funcionan mejor de noche que de día e, incluso, de los que tienen una libreta al lado de la cama por si hubiera que anotar las maravillosas ideas que nos inspira Morfeo desde el mundo de los sueños.

Hubo una temporada, allá por 2012, en la que mi mayor distracción, en el rato de sofá y tele, era la de entrar en la aplicación móvil de la Wikipedia, elegir un tema inicial y empezar a leer. Luego tan solo tenía que pulsar sobre el texto enlazado que más me llamara la atención de todos los que aparecían y seguir leyendo. Así podía pasarme horas, pasando de artículo en artículo: empezando a leer uno sobre el Castillo de la Mota y terminando en otro sobre la cultura tartésica; Después de haber pasado por otros dos castillos, un par de reyes o tres, la España visigoda y las civilizaciones prerromanas. Por poner un ejemplo.

Una de estas noches de wikipedia, el tema de entretenimiento fue la Casa de Medina Sidonia. De salto en salto, llegué al séptimo duque, don Alonso Pérez de Guzman el Bueno, y confieso que, por curiosidad, le terminé dedicando más de una noche: el personaje tiene mucho material con el que entretenerse (la “Armada Invencible”, por seguir poniendo ejemplos).

Luego mi imaginación hizo el resto...

La Virgen del Rocío, que es mi inagotable fuente de inspiración, cuenta, en la historia de su devoción a lo largo de los siglos, con un episodio singular que coincide con los tiempos del séptimo duque: la fundación de la capellanía de Baltasar Tercero. Esta capellanía se creó por testamento en Perú en 1587 y se ejecutó en la Casa de la Contratación de Sevilla en 1598.

Con la presencia rociera en la mente, apareció en la biografía del duque un detonante que despertó la idea de escribir una novela: la invasión inglesa de la ciudad de Cádiz el 30 de junio de 1596. Este hecho se convertiría también en el punto de partida de una historia que tenía que ver con el testamento de Baltasar Tercero: una historia de devociones rocieras.

Nació la trama principal del relato: poner el testamento a salvo y llevárselo a la Virgen.

Encantado con las imágenes que, mi fantasía, empezaba a crear en torno a la trama, lo siguiente que pasó fue que empezaron a preocuparme las fechas que, documentalmente, pudieran ser contrastadas y que podrían hacer que la historia no tuviera posibilidad de encaje. Entonces, mi inquietud y mis ganas de escribirla, porque la sentía realmente hermosa, me llevaron a la fase de documentación; Una fase que me proporcionó grandes satisfacciones que prometo contaros más adelante, en otra entrada, porque, ya, es otro tema distinto al de hoy.

Nunca se sabe dónde ni cuándo va a nacer una idea; Pero sí que sabemos que, leyendo, aumentamos las posibilidades de que ocurra.

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