jueves, 4 de julio de 2019

CONFESIONES: Ni el tato...




- ¿Qué? Y esa presentación, ¿Cuántos has vendido?

- Ninguno.

- ¡Venga ya, tío! ¿Y eso? ¿Pues cuánta gente ha ido?

-Nadie.

¡Pum! ¡Fracaso!

¿Seguro?

Sí, lo sé. El fracaso es la primera emoción que se siente al conocer esos datos. Ya la he pasado yo antes de que lo pienses, sé de lo que hablo. Pero, ¿Seguro? ¿Seguro que es un fracaso? Porque yo os puedo asegurar que no lo es. Araña la autoestima, sí, a unos más que a otros. Pero, en realidad, es una gran cantidad de información y, por tanto, de descubrir nuevas oportunidades.

No es fracaso, es el paso previo al siguiente.

Hoy presentábamos “el exvoto” en Bibabuk, una reconocida librería en Almería, y no ha venido ni el tato. Solo hacerse la pregunta ¿Cuál ha sido mi error de comunicación? Es ya un hecho por el que sentirse agradecido.

El error de comunicación ha sido no despertar interés y no pedir ayuda. Me he limitado a anunciar el evento, como si el evento se vendiera por sí solo.

Pues no, ya vemos que no. Que, solo, no se vende.

Dispongo de un altavoz con más de doscientas voces y, en vez de hacerle hablar, ni siquiera se me ocurre invitarle a que lo haga. ¡Ni mucho menos cómo!

El error de comunicación ha sido no decir todo lo que podía haber dicho y haber hecho.

Oye, que el día tal presento la novela en tal sitio y he pensado que, para darle difusión, necesito que hagas algo por mí. Voy a crear una publicación participativa en la que, quienes ya habéis leído “El exvoto”, contéis algo que os guste de la novela. Y, de paso, que invitéis a algunos de vuestros contactos a que le echen un vistazo a las razones por las que hay que leerse “El exvoto”. Te animo a que participes. Me alegrará leerte. Incluso, si la cosa se mueve bien, regalamos algunos ejemplares. Déjame que lo vaya pensando mientras tú vas haciendo lo otro...”

¡Esto es una buena idea! Y ha nacido de esta presentación vacía.

Otra prueba más de que no es un fracaso, sino que es la puerta a nuevas oportunidades.

Bueno pues, sabed que, esa buena idea, es mejorable para hacerse aún más efectiva en la próxima ocasión en que, una librería, sea el lugar donde se presenta “El exvoto”. Y sabed también que, para esa ocasión, voy a picar más alto.

Hay un plan optimista. ¡Eso es una gratísima noticia! Los primeros renglones tienen sabor a una evidente posibilidad con mucho regustillo a probabilidad. Existen los recursos, solo hay que aprovecharlos.

A esto tengo que sumarle, además, lo que hoy he aprendido en una librería tan solo mirando sus estanterías. Algo que tampoco había hecho y que, afortunadamente, he realizado justo en el momento oportuno: antes del siguiente paso, cuando tengo algo más que aportar.

Ha sido una maravillosa clase práctica en Bibabuk a solas y solo para mí. Ni el tato... Otra razón más por la que, si quieres, el fracaso no existe.


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